lunes, 25 de julio de 2011

Pequeñas malas decisiones I

Tronquitos y demás ramas. Quiero abrir una sección acerca de pequeñas decisiones que tomamos y que a pesar de que no dejan de ssalirnos mal la jugada seguimos metiendo la pata cual mosca (el hombre es el unico animal que tropiza 2 veces con la misma piedra - el hombre y la mosca-). La primera que me viene a la cabeza es...LLAMAR POR EL MÓVIL EN MITAD DEL CONCIERTO a esa persona que se quedó con las ganas de ir al concierto y te pidió que le llamases en su canción favorita.

Vamos a ver. Salvo que el concierto sea de versiones lentitas de Russian Red, es una mala jugada. Llamas. Ni puta idea si está dando tono o no. Miras el teléfono y ves que llevas 23 segundos de conversación. Te das cuenta y gritas: "lo oyes!?? ¿¿lo oyes ??" y para salir de dudas gritas (porque eso no es cantar) la letra de la canción. Y piensas: joder, yo no se si me está oyendo o no, macho, pero me está jodiendo está canción que tanto me gusta. Cuelgas. Pero te queda la duda: "pero se habrá enterado de algo?. Ya sé. Le llamo en la parte de la canción donde no hay tanta tralla." Mientras has pensado esto te han empujado 4 animales de granja que sudan más que pestañean por lo que te han movido ese mini de cerveza que te ha costado 9€ de precio y 23 min. de reflexión si pagar o no esa cantidad por un mini guarro de cerveza. Total, chorrito de cerveza a la camiseta. Bueno. Es igual. Mejor que rozarme con aquí  el superhéroe del sudor (para ser superhéroe del sudor es imprescindible que los pelos de la espalda le asomen por encima de la camiseta). Y llamas en la parte más tranquilita. El receptor tarda en cogerlo. Tarda lo suficiente como para que justo coja la llamada en el subidón de la canción. Gritos. Empujones. Miras el móvil. Colgó hace un rato. Cara de tonto.

Ahora veamos la jugada desde el punto de vista del receptor. La cena se ha alargado. Estás en la sobremesa de la cena. Tranquilo y tranquilo. Te llaman. Lo ves y dices: "que querrá este gilipollas ahora? (lo de gilipollas es importante)". Y caes. Mierda. No pensé que cumpliría su promesa de llamarme. Lo cojes. No oyes una mierda. Gritas. La gente te mira raro (mirad ahí, un gritón). Te sales a la calle. A gritar. no oyes mas que ruido y no distingues una mierda. De respente oyes la voz del emisor.  Y no le entiendes. Y para cumplir dices: "eh!!!! que guapo!! si!" No parece colgar. Ruido. Y cuelgan. "Uff, menos mal, que mal trago."
Vuelves a la mesa. Das la explicación. Y cuando te reenganchas a la conversación vuelve a sonar el móvil. Y te planteas colgarle. Pero claro, tu reputación de persona fiestera y alegre se va a la mierda con pulsar un solo botón...y eso no puede ser...eres el receptor más cachondo de la periferia. Sales. Lo coges. Más ruido que antes. Gritas por cumplir y no dejas pasar más de 10 segundos antes de colgar. Cuelgas. Cara de tonto y vuelves a la mesa. Esta vez no das la explicación. tu cara de tonto está diciendo mucho.


Conclusión. En esta pelea (porque es una pelea) hay 2 vencidos y 2 vencedoresr: los dos vencidos ha quedado claro. Los dos vencedores son Movistar y Vodafone...porque esa llamada siempre se hace con operarios distintos.

4 comentarios:

  1. Tienes toda la razón Rhino, ¿pero cuál es, desde tu punto de vista la solución? ¿Tener el mismo operador de telefonía móvil?

    MeOrhino.

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  2. MeOrhino. Bienvenido al blog. Tienes un nombre un tanto raro pero tiene buena raíz, como el palulú.

    Para mí la solución sería dejar de ir a conciertos o dejar de tener amigos, como yo (mi único amigo es Google y tenemos una relación de amor-odio). Al principio puede costar un poco dejar de ir a conciertos y mandar a tus amigos a tomar por...no, pero luego a la larga es mejor. Mírame a mí, un tío de lo más normal!

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